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25.10.2016
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CONSEJOS PARA CUIDAR LA ROPA DEPORTIVA

Consejos para cuidar la ropa deportiva

Ya sea de marca o low cost, cuidar la ropa deportiva de forma adecuada ayuda a prolongar su vida útil. Para mantener la ropa deportiva limpia y en buen estado no hace falta ser un profesional de la lavandería pero sí tener en cuenta algunos trucos útiles.

La ropa deportiva es, por composición, más resistente al roce que la ropa normal. Estas prendas suelen estar diseñadas para durar y aguantar horas y horas de entrenamiento y sudor. Sin embargo, un mal uso puede dañarlas irremediablemente.

Para prolongar la vida de la ropa deportiva existen una serie de trucos en el uso y el lavado que conviene conocer y tener presentes, así que en Cosmopolitan Alicante nos hemos animado a presentar todos los trucos en un único post, esperamos que os guste!

Trucos para prolongar la vida de tu ropa deportiva

No guardes tu ropa deportiva sudada

El más básico y el más importante es el que más se olvida: no la guardes sudada. Aunque tengas que meterla en la mochila para ir del gimnasio a casa, acuérdate siempre de sacarla nada más llegar a casa.

Dejar que la ropa sudada se seque dentro de la mochila favorece la aparición de moho -sí, moho- y deteriora el tejido por culpa de la humedad y el microclima que se crean dentro de la mochila. Si no puedes lavarla inmediatamente, sácala y déjala en un sitio donde pueda airearse.

Si no puedes lavarla inmediatamente, sácala y déjala en un sitio donde pueda airearse.

Cuidado con cremas y líquidos

También hay que tener cuidado con el uso de cremas y otros líquidos. Quienes hacen deporte al aire libre suelen usar protector solar, por ejemplo, y hay quien usa cremas de calentamiento. El contacto reiterado con este tipo de productos puede reducir la vida útil de tu ropa, así que ¡cuidado! Espera a que la crema o el desodorante se absorba completamente antes de vestirte.

Espera a que la crema o el desodorante se absorba completamente antes de vestirte

Trucos para lavar tu ropa deportiva

Algunos trucos útiles de lavado pasan por darle la vuelta a  la ropa y lavarlas del revés, es decir, con las costuras por fuera. Esto es especialmente útil con aquellas prendas que tienen dibujos o serigrafías, porque así no sufrirán daños durante el lavado.

También se recomienda lavar siempre con agua fría. Aunque algunas prendas, en su etiquetado, permiten el lavado con agua de hasta 30 grados, el tejido y los colores sufren más en agua caliente.

La ropa deportiva suele tener colores vivos y muy marcados que con el uso pierden ese brillo y esa alegría característicos. Evita la lejía, incluso la de color, si no es imprescindible porque acelerará el deterioro de la prenda.

Incluso si es blanca y ha cogido ese tono ligeramente amarillo por el uso, tan habitual en cuellos y en sisas, es mejor probar otros blanqueadores que la lejía pura y dura. Ahora hay multitud de ellos en el mercado, muchos de ellos especializados en tejidos sintéticos como suelen ser los de la ropa deportiva.

Secar bien la ropa es tan importante como lavarla

El secado es en sí mismo una obra de arte. Muchos fabricantes recomiendan no centrifugar o utilizar un centrifugado suave, especialmente en la ropa de ciclismo, running o spinning, y directamente prohiben en el etiquetado el uso de la secadora, ese gran enemigo.

Para proteger el color, lo mejor es tender la ropa del revés y a la sombra, sobre todo en verano. Además, evitar la exposición directa al sol prolongará la vida del tejido, porque el sol suele vencer la resistencia de las fibras sintéticas con el paso del tiempo.

En invierno, cuando la intensidad de los rayos solares es menor, se aconseja por el contrario tender la ropa al sol para evitar que tarde mucho en secarse y coja olor a humedad.

En cualquier caso, siempre será fundamental seguir las instrucciones del etiquetado a la hora de lavar nuestra ropa deportiva. Nadie mejor que el fabricante sabe cómo tratar esos tejidos revolucionarios que transpiran, nos protegen de la humedad, los rayos solares y encima, son bonitos y nos estilizan. Qué menos que cuidarlos como se merece, ¿no?

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